Citas El gran Meaulnes

¿Qué pasó entonces en aquel corazón oscuro y salvaje? Me lo he preguntado muchas veces y sólo lo supe cuando fue demasiado tarde. ¿Remordimientos desconocidos? ¿Penas inexplicables? ¿Miedo de ver desvanecerse pronto entre sus manos aquella felicidad inaudita que tenía tan apretada? ¿Qué terrible tentación de arrojar irremediablemente por tierra, en seguida, la maravilla que había conquistado?
Agua

Pero un hombre que ha dado un salto al paraíso, ¿cómo podría acomodarse después a la vida de todo el mundo?
Elisa

Citas selectas del Diario de Ana Frank

(…) al final termino volviendo a mi corazón, con el lado malo hacia fuera y el bueno hacia dentro, buscando siempre la manera de ser como de verdad me gustaría ser y como podría ser…si no hubira otra gente en este mundo. (Elisa)

Cuando él está recostado con la cabeza en mis brazos y los ojos cerrados, es aún un niño. Cuando juega con Mouschi o habla de él, está lleno de amor. Cuando carga patatas o alguna otra cosa pesada, está lleno de fuerza. Cuando se pone a mirar los disparos o los ladrones en la oscuridad, está lleno de valor, y cuando hace las cosas con torpeza y falto de habilidad, está lleno de ternura. Me gusta mucho más que él me explique alguna cosa, y que no le tengo que enseñar algo yo. ¡Cuánto me gustaría que fuera superior a mí en casi todo! (Fani)

De todos modos, he aprendido una cosa, y es lo siguiente: a la gente no se la conoce bien hasta que no se ha tenido una verdadera pelea con ella. (Álvaro)

Diario de Ana Frank II

Hubo quien no se emocionó demasiado con Ana Frank. Raro, ¿no? Pero es que compartir hace que apreciemos cosas en las que quizá no nos habíamos fijado, como la valentía de Ana, lo bien que llegó a escribir o lo bonita que es en una época la relación con Peter.
Algunos pensamos tras haber leído el libro que sí puede que la mano censora del padre, Pim, se haya encargado de eliminar algunos pasajes, porque, sobre todo en la relación con Peter, parece que faltaran partes.
Sentimos mucha pena por Ana y por todos los millones de personas que murieron en la locura del Holocausto. Conocer es comprender y amar y parece dificil que las cosas lleguen a semejantes extremos. Pero sabemos que sí, llegan, y por eso tenemos que cuidar nuestra sociedad.

«Mientras existan este sol y este cielo tan despejado, y pueda yo verlo», pensé, «no podré estar triste».

Diario de Ana Frank I

El hecho de que no sea una obra de ficción afecta a la lectura muy profundamente. No podemos olvidarnos de ello. Además, todos sabemos el final terrible de Ana. Dice ***: «Quiero mantener la distancia, que no quiero sufrir luego». Sorprendente.

También el que no sea ficción nos hace más estrictos: desconfiamos de la narradora, somos conscientes de que es su versión de las cosas la que conocemos. ** piensa que es excesivamente dura con su madre y que se queja de los demás siempre. Pero los demás creemos que es muy habitual que los adultes se sientan libres para criticar y aun reñir a los niños y jóvenes, así que probablemente sería la única con la que podrían desahogar su ira en la casa de atrás.

Estudiamos el carácter de Ana: vivaz, alegre, inteligente y valiente (porque se atreve a hablar de todo; por su sinceridad).

También hablamos de qué sería lo más difícil de sobrellevar para nosotros si viviéramos lo que ella vive. ** dice que el tema del retrete (reímos), otros dicen que las relaciones entre los habitantes de la casa de atrás (¿cómo puede no haber un asesinato con esa tensión?), una dice que el estar encerrada y otra el miedo. El miedo atroz y constante.

** estuvo en un campo de concentración en Berlín. Y ** en uno en Baviera, Dachau. Ambas dicen que no había ligereza o superficialidad en los campos. Ni aún entre las excursiones de adolescentes. La solemnidad y la trascendencia llegaban a todos.

Alguien dice que quizá si Ana hubiera sobrevivido se habría suicidado, traumatizada por esta experiencia. Pero en general pensamos que es una luchadora y no se dejaría hundir hasta ese punto.

Resaltamos la evolución tan rápida de Ana tanto en su madurez como en su escritura entre las primeras entradas (comienza el día que cumple trece años) y los catorce años, por donde todos vamos ahora.

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Nos ofrecen en la bilbioteca una selección de obras en conmemoración del aniversario del Holocausto.

Y leemos el primer capítulo de El guardían entre el centeno, esa grandísima obra del grandísimo Salinger. El lenguaje desenfadado y el sentido del humor del narrador gusta a todos. Seguro que lo leeremos.